Copán Ruinas, Honduras.-
La majestuosidad de la civilización maya sigue maravillando al mundo. El más
reciente descubrimiento arqueológico en Copán Ruinas ha sido mostrado al
público.
En los últimos seis
años, reconocidos investigadores y arqueólogos nacionales y extranjeros se han
dado a la tarea de descifrar y restaurar otra parte de la historia y la
arquitectura de la civilización maya que habitó un vasto territorio en
Centroamérica y abarcó, además de Honduras, Guatemala, Belice, El Salvador y el
sur de México, con una historia de aproximadamente 3,000 años.
Se trata del sitio
Rastrojón, ubicado a dos kilómetros del parque arqueológico, llamado así por su
densa vegetación y difícil acceso. Este importante lugar es calificado por los
investigadores como un asentamiento guerrero y fue identificado por un grupo de
arqueólogos en el año 1979, cuando desarrollaban un proyecto de mapeo.
Por qué es importante
Rastrojón está compuesto
por varios edificios y era utilizado hace más de 1,300 años como un lugar de
defensa por los reyes y nobles mayas de Copán, quienes por esa época
atravesaban una crisis política realmente grave, según los arqueólogos.
El hallazgo de lanzas de
obsidiana y pedernales en la cima de un cerro hace suponer a expertos que los
mayas tenían allí una especie de cuartel militar para defender Copán y a sus
reyes.
El reconocido arqueólogo copaneco Jorge Ramos, que trabaja desde 2007 en
el proyecto de Rastrojón, auspiciado por la Universidad de Harvard, el
Instituto Hondureño de Antropología e Historia y otras instituciones, explica
las maravillas que rodean a este nuevo sitio.
Los hallazgos en
Rastrojón reflejan la estrategia de los mayas para comunicarse y defenderse del
enemigo, pues el sitio está asentado en el área montañosa de Copán, donde muy
fácilmente podía verse el valle de extremo a extremo, permitiéndoles prepararse
para los combates.
Además está edificado en
la entrada de la ciudad y justo en esa zona alta había nacimientos de agua. Por
eso les resultaba atractivo y útil para sobrevivir, pero con el tiempo sería un
enemigo incógnito por los deslaves que provocaría, explican los arqueólogos.
El significado de
Rastrojón, término usado desde casi 60 años, es interpretado por los expertos como
rastrojo, que quiere decir maleza densa, y obtuvo ese nombre debido a que los
mayas lo construyeron en una zona inundada de vegetación que les servía en su
estrategia para cubrirse de los enemigos, dijo el arqueólogo Ramos.
Las excavaciones y los
estudios comenzaron hace más de seis años y los resultados han sorprendido a
los arqueólogos, pues han encontrado edificios de alta calidad que, según
ellos, podrían ser los de mejor detalle en todo Copán.
Alrededor de 14
edificios han sido descubiertos y reconstruidos por conservadores que esperan
presentárselos en un mes a los turistas.
Estructura 10
El arqueólogo Jorge
Ramos le explicó que unos cuatro años habrían tardado los
constructores de aquella época, aproximadamente unos 600 años después de
Cristo, en levantar las viviendas.
Se estima que 20 obreros las tallaron en
piedra usando una mezcla de arena, mortero de cal, arcilla y pegamento extraído
del cablote. Su talento queda evidenciado, pues adornaban estos edificios con
mascarones en forma de animales.
Una de las estructuras
que más han llamado la atención es la número 10, calificada como la mayor y más
perfecta obra escultural de los artesanos de ese tiempo.
Se trata de la imagen
de un jaguar que simboliza autoridad para los reyes. Esta es una de las
sorpresas que esperan a los turistas.
“Para los cabecillas
mayas, un complejo como Rastrojón, además de defensa, les daba autoridad. Según
su perspectiva, intimidaría a cualquier visitante inesperado”, agregó.
Pasaron los años y
Rastrojón sufrió alteraciones provocadas por las fallas geológicas. Según el
arqueólogo hondureño, los movimientos sísmicos ocasionaron deslaves que
deterioraron su seguridad y los obligaron a abandonar la fortaleza.
“Aunque
otros pobladores del valle reciclaron materiales de los edificios, también fueron
amenazados y en pocos días la majestuosidad quedó abandonada y arrastrada por
el lodo.
Rastrojón tiene una
importancia enorme en la identidad de los hondureños, nos abre otra puerta a
nuestra historia. Nos muestra la inteligencia de las autoridades y su potencial
artístico”, explica Ramos.
Agrega que este complejo
“les dejará muchas lecciones a los hondureños y extranjeros. Primero por sus
formas de edificar. Los mayas se dieron cuenta de que no debían construir en
sitios con fallas geológicas. Esto les pesó porque finalmente no se dieron
cuenta de en qué momento los iba a perjudicar. Segundo, tenemos que aprender a
conservar porque si no desconocemos nuestra identidad”.
"Debemos tomar en cuenta que ya se conoce el Parque Arqueológico de Copán
Ruinas, donde estaba la ciudad, pero Rastrojón está en la entrada. La vista del
valle aquí es excepcional y se comprenden muchas cosas de la mitología y
política maya”.
Desde que iniciaron los
trabajos se han reconstruido más de cuatro edificios, algunos montículos y
estructuras han sido preservadas.
Los tres conservadores copanecos que trabajaron para
terminar de reconstruir el edificio 10 están satisfechos con el resultado.
Antonia Martínez es uno de ellos. Analizar piedra por piedra es un trabajo que
ha requerido mucha paciencia, pero que disfruta al conocer el símbolo que ha
revelado para el mundo.
“Ha costado muchos años, somos un equipo con vocación y
juntos hemos logrado este gran suceso”, dijo. “No habíamos encontrado
algo tan lindo”
“Rastrojón es un sitio
defensivo que tiene ocupación desde antes de la llegada del fundador, durante
toda la dinastía real, después del colapso dinástico y hay una reocupación
posterior, 100 años después”.
El reconocido arqueólogo norteamericano William Fash dijo: “en este lugar -Rastrojón- hay muchas imágenes que hacen referencia
a la guerra y al papel de los guerreros. Encontramos puntas de flechas y de
lanzas, artefactos bélicos que evidencian que fue un sitio defensivo”.
Al principio, dijo Fash,
“pensábamos que iba a ser un hallazgo pequeño, pero al excavar descubrimos
varios edificios muy adornados. Hay una estructura en particular, la número 10;
es la más bellamente adornada fuera del recinto real. De todas las excavaciones
del valle que he visto, que ya son 34 años, nunca habíamos encontrado algo tan
lindo y profusamente decorado como este templo”.